LOS PADRES NO SON PERFECTOS, PERO SIEMPRE PUEDEN ESTAR MEJOR INFORMADOS.
Imagen tomada de eresmama.com
El embarazo no
planificado es una problemática que hay que abordar y solucionar en nuestra
sociedad. Sea adolescente o no. Claramente el embarazo adolescente es un tanto
más complicado porque considera más consecuencias. Pero hoy nos centraremos en
la importancia de prepararnos como padres o como futuros padres independiente
de la edad.
Antes de seguir debemos
aclarar la diferencia entre embarazo planificado y deseado. Deseado es: Quiero tenerlo
(Independiente de si existen las circunstancias adecuadas para que venga al
mundo). Planificado es: Deseo
tenerlo y tengo las condiciones físicas, educativas, emocionales y económicas
para ser madre o padre.
“Cada niño viene con su pan bajo el brazo” esta en una frase bastante conocida. Pero planear un hijo no es solo decir “Quiero tenerlo” hay que identificar si reconocemos la cantidad de energía, tiempo, dinero y capacidad emocional que requiere un nuevo ser, además de las condiciones para alimentarlo en el aspecto emocional, educativo, afectivo y físico. Debemos no solo desearlo sino también estar preparados.
Aclaro: Este artículo no
pretende juzgar ni cuestionar a los padres que han tenido hijos no deseados o
que aún deseados no se formaron previamente de una manera adecuada para
garantizar al niño un desarrollo que le permita crecer sano física y
emocionalmente. Solo pretendemos generar consciencia de la importancia de considerar
todo lo que implica traer una vida al mundo y la importancia de estar informado
para lograr una formación más asertiva con las nuevas generaciones.
En un reporte de la ONU
del 2016 se calificó a América Latina y el Caribe como la región con más
embarazos no planeados del mundo y se resalta que esta zona tiene una gran deuda
pendiente frente a la prevención del embarazo.
La siguiente gráfica muestra el número de nacimientos por
cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años:
Aunque esta gráfica no
considere mujeres mayores de 20 años nos podemos hacer una idea de la
problemática que se presenta solo en las mujeres más jóvenes. Significa que si
se le sumara la estadística de embarazos no deseados en mujeres de 20 años en
adelante el resultado puede ser desalentador.
Esta problemática tiene varias causas. La deficiencia de una educación sexual desenfocada, las creencias de algunas familias con respecto a la planificación, la irresponsabilidad, la misma pobreza. (Mujeres que encuentran su razón de vida en el ser madres aún sin tener las condiciones necesarias), el morbo o la pena al hablar de sexualidad o la estigmatización frente al tema.
Sabiendo cuales son las
causas y consecuencias la pregunta es: ¿Cómo podemos ayudar a los padres que
aún sin haber planificado a su hijo quieren ofrecerle lo mejor? La respuesta es: ¡Debemos
educarnos e informarnos
Vamos a analizar lo
siguiente: Cuando una persona decide ser psicólogo, docente, medico, abogado y
otros, debe tener una preparación previa, tanto emocional como educativa y
económica. Así mismo cuando vamos a ser padres deberíamos prepararnos para
ello. Considerando que la paternidad es una de las labores más desafiantes e
importantes en la construcción de sociedad. Pues se están formando seres que
serán parte de comunidades que trabajan en conjunto y por tanto deben estar
preparados para enfrentarse a la vida social.
He escuchado en muchas
ocasiones padres utilizar frases como: “Es que un niño no viene con un manual
bajo el brazo” “¿Y a mí quién me enseñó a ser padre/madre?” “¿Acaso hay una
escuela de padres?”
Eso está bien y no es de
esperarse que un padre o una madre sean perfectos, pues es natural en el ser
humano aprender por medio del error. Sin embargo no debe ser una excusa para no
informarse constantemente sobre la crianza y la educación de los niños ni para dejar
todo en manos de la improvisación.
En la actualidad a
diferencia de la época de nuestros abuelos, tenemos la información al alcance
de la mano y podemos educarnos respecto a la paternidad, así como analizar lo
que conlleva traer un ser al mundo en caso de que deseemos ser padres o evitar
un embarazo en caso de que no.
Los padres siempre tratan
de hacer y ser lo mejor para sus hijos. Quisieran que sepan vivir, que sean
felices, que logren sus sueños, que no pasen necesidades, que sean autónomos e
independientes y que no les falte lo que a ellos les faltó Sin embargo el mero
deseo de hacer las cosas bien no es suficiente. Es necesario prepararnos
constantemente sobre estilos de crianza, neurolingüística, educación
emocional, metodologías de educación, entre otras áreas que nos permitan
brindar a los hijos las herramientas adecuadas para que se defiendan en la
vida.
Existen muchas opciones
para educarnos como padres. Entre esas están:
1.
Adquirir el hábito de leer.
Las fuentes y los autores son muchos. Existen todo tipo de libros de diversa
complejidad y temáticas. Aquí algunos libros con los que podrías iniciar:
·
Nudos Mentales de Bernardo
Stamateas
·
Qué se puede esperar
cuando estas esperando de Heidi Murkoff
·
Bésame mucho de Carlos
Gonzáles
·
Se me hace bola de Julio Basulto
·
Me gusta la familia que
me ha tocado de Carme Thió de Pol
·
Ni rabietas ni conflictos
de Rosa Jové
2.
Seguir páginas en redes sociales
que nos ofrezcan consejos fáciles de digerir sobre educación y crianza. Estas
son algunas recomendaciones:
3.
Observar y prestar
atención a los pequeños. Ellos tienen mucho para enseñar y desde pequeños
siempre quieren crear un efecto. Cuando no les prestamos atención, crean ese
efecto ‘a las malas’, con rabietas y lloriqueos.
4.
Desaprender: Muchas veces
lo que necesitamos es desaprender lo que de pequeños nos enseñaron mal. Tal vez
creas que la forma correcta de educar es como te educaron a ti. Tal vez creas
que es al contrario de como lo hicieron contigo. Ambas cosas pueden estar
parcialmente bien o mal.
5.
Tratarlos con Amor.
Cuando te saquen la rabia, cuenta hasta 10 y entiende que también son seres
humanos en formación. Los seres humanos recordamos más el ejemplo de aquellas
personas que nos trataron con amor que a quienes nos trataron con dureza.
6.
Reconocer tus propias
falencias. Todos tenemos defectos. No digas: Yo soy así. Más bien identifica
tus aspectos a mejorar y trabaja para mejorarlos. Esto requiere humildad, ganas
de mejorar y a veces la ayuda de un profesional. Los niños aprenden
principalmente del ejemplo que se les da.
7.
Consultar a un experto,
psicólogo o pedagogo que le brinde una orientación según las necesidades de los
hijos y su personalidad cuando sea necesario.
Para finalizar hacemos
una invitación a ser conscientes de la importancia de prepararse para ser
padres. Un buen padre no es el que nunca se equivoca, pero informarse le ayuda
a que la crianza sea menos improvisada y así puede ofrecer unas mejores bases a
sus hijos. Un padre bien informado puede cambiar el mundo de su hijo y de la
sociedad.
Fuentes: Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)
Autor: @CiudadEducativa
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